MANIFIESTO A LA NACIÓN. CONSTRUYAMOS EL FUTURO DE MÉXICO

Ciudad de México, 31 de enero de 2017.

Nos hemos convocado para manifestar nuestro descontento y nuestro rechazo ante la situación actual de nuestro país, propiciada por las erráticas decisiones gubernamentales. Pero también nos reunimos para presentar propuestas realistas que hagan frente a la crisis actual, la que se agravará si no tomamos el futuro de México en nuestras manos. Para ello proponemos:

  1. 1. El exorbitante aumento al precio de las gasolinas ha detonado un justificado y amplio descontento social. Detrás de estos acontecimientos hay una causa evidente: la crisis económica que está propiciando una crisis social. El hartazgo popular expresado en todo el país es también por el desempleo, la miseria, la demagogia, la corrupción, la impunidad y los privilegios de la clase política y, ahora, por la humillación de que somos objeto por el Presidente de Estados Unidos, con declaraciones y acciones violatorias del derecho internacional. El gobierno de México, el Congreso de la Unión y los partidos políticos no han sido capaces de ofrecer una alternativa digna. No podemos continuar por la desgastada vía de simulación con los pactos corporativos carentes de representatividad y de poder vinculante, en los que no participa la sociedad. Urge rectificar la senda. Para ello es indispensable que como sociedad construyamos el país que anhelamos.
  2. 2. Lo que está ocurriendo es claro, el modelo económico y político que se ha seguido, no sólo ha profundizado las brechas sociales, sino que es inoperante y está agotado. Lo peor de la crisis aún está por venir si no actuamos para cambiar las políticas instrumentadas hasta ahora. Urge que la sociedad construya un programa, desde lo inmediato y en el mediano plazo, que sea capaz de contender con la crisis internacional en la que estamos insertos. Un programa que vaya más allá de los intereses de unos cuantos, que se fundamente en la garantía de todos los derechos humanos, tanto los civiles y políticos como los económicos, sociales, culturales y ambientales, para toda la población. Derechos que han sido conquistados por los trabajadores del campo y la ciudad, por las mujeres, por los jóvenes y por muchos actores de la sociedad.
  3. 3. El punto de partida tiene que ser una nueva política económica y social, que reformule la estrategia energética, que desarrolle fuentes alternativas, que reconstruya PEMEX y que optimice el uso de toda su capacidad instalada, en particular la de refinación, para que así se disminuyan los volúmenes de importación para ofrecer gasolinas a menor precio. Hay que echar atrás las decisiones tomadas que propiciaron el incremento en el precio de los combustibles. Para revertir la reforma, hacemos nuestra y apoyaremos la petición formulada por ciudadanos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en marzo de 2015, ante la negación del derecho a la consulta popular en materia energética.
  4. 4. Tenemos que construir el desarrollo sustentable que, centrado en el bienestar social, recupere la capacidad de producción industrial, que esté fincado en el mercado interior y, para ello, favorezca salarios, el poder adquisitivo, la plena ocupación con trabajo digno e igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, erradicando la discriminación por razones de género.
  5. 5. Para satisfacer las necesidades alimenticias básicas de toda la población se requiere reactivar la producción del campo, principalmente la de los pequeños y medianos productores con la inversión pública, el financiamiento, la comercialización y la adecuada protección en el mercado internacional. Se debe renegociar los términos de intercambio del capítulo agropecuario del TLCAN y sustituir las crecientes importaciones de granos básicos con el fomento de la producción nacional. Sólo con soberanía alimentaria se podrá negociar dignamente con otras naciones.
  6. 6. La reconstrucción nacional a la que convocamos no es sólo económica, requiere que el país levante su mirada con una sólida educación pública, con la recuperación y fomento de la cultura, el desarrollo de la investigación científica y tecnológica. Que se fortalezca la deteriorada salud de la población, no con medidas paliativas sino con instituciones que sean la garantía del derecho a la verdadera seguridad social. Todo ello con igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, el campo y la ciudad, los jóvenes y los viejos.
  7. 7. La transición política quedó inconclusa. Hacer posible todo lo anterior requiere democratizar el régimen político a través de la supresión de los controles corporativos y con el equilibrio entre poderes y órdenes de gobierno, pero con predominio de la sociedad en las decisiones, que resulte en políticas públicas para la sociedad y no para los intereses de quienes gobiernan. La democracia tiene que llegar al conjunto de las entidades de la federación, no sólo para hacer real la alternancia, sino para hacer valer preceptos como la rendición de cuentas y la transparencia en el funcionamiento de los gobiernos, para hacer efectiva la vigilancia de la ciudadanía que erradique la escandalosa corrupción.
  8. 8. La ausencia de seguridad ciudadana es la muestra más clara de la ineficacia del régimen político. La solución no es la militarización del país como lo propone la iniciativa de Ley de Seguridad Interior que abiertamente rechazamos. Necesitamos terminar ya con la sistemática y reiterada violación a los derechos humanos, demandamos que se aclaren las gravísimas afrentas como las de Ayotzinapa, la guardería ABC, Nochixtlán y Tlatlaya. Que se libere a los presos políticos. Que se termine de una vez con la cruel violencia de género ¡ni un feminicidio más!
  9. 9. Lo que hagamos en el país determinará su ubicación en la arena internacional, se debe actuar y, en su caso, negociar con firmeza y dignidad, rindiendo cuentas de lo negociado a toda la sociedad, no sólo a las élites, con ello el gobierno de México se diferenciaría del estilo del gobernante norteamericano que no escucha a los ciudadanos que se manifiestan, ni a las distintas expresiones de la opinión pública. Se requiere de la unidad, pero en torno de un nuevo proyecto de nación. No aceptaremos una negociación en los mismos términos que han conducido a la situación actual. Necesitamos aprovechar la oportunidad que nos ofrece esta crisis para cambiar el rumbo del desarrollo nacional y, de esta manera, fortalecer la soberanía con acciones concretas para la defensa de los intercambios comerciales, pero también de los flujos de trabajadores. Requerimos entonces de una nueva política comercial que diversifique nuestras relaciones y reformule la integración regional para que sean compatibles con nuestro derecho al desarrollo. Es por ello que realizaremos diálogos entre la sociedad mexicana y la sociedad norteamericana, incorporando también a la canadiense, en torno a los valores fundamentales de los derechos humanos y el rechazo al racismo, a la misoginia y a la xenofobia. Impulsaremos que se reintroduzca en la agenda internacional, en un lugar destacado, retomar el diálogo con los pueblos latinoamericanos.
  10. 10. La propuesta es amplia porque la crisis del país lo es, tenemos que ser capaces de dialogar todos: entre los sectores de la producción, incluyendo a la economía social y a los trabajadores lanzados a la informalidad, entre los agraviados en sus derechos y entre los que los defienden, entre quienes realizan acciones pequeñas y las grandes organizaciones, entre los trabajadores manuales y los intelectuales, entre los géneros, entre toda la diversidad de nuestro país, sin más restricción que el compromiso con los derechos humanos, con el desarrollo sustentable, con la democracia sustantiva y con la dignidad nacional.

Comprometámonos todas y todos los aquí reunido a continuar y ampliar el diálogo para construir los espacios e instrumentos de deliberación que se requieren para elaborar la agenda, el programa y la estrategia compartida, que construyan el movimiento nacional capaz de reorientar el rumbo del país hacia un  nuevo modelo de desarrollo económico sustentable y hacia la democratización del régimen político, necesarios para alcanzar el bienestar, la paz y la dignidad, éste será nuestro legado a las próximas generaciones.

 

(Pronunciamiento de organizaciones sociales leído por Miguel Concha Malo al finalizar la Jornada Nacional de Lucha Movilización 31 de enero del 2017)

Imagen (Modificada): Eneas De Troya

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