Juventudes alzan la voz por una vida digna

Los colectivos y organizaciones juveniles expresan dolor y rabia ante la dinámica de muerte; denuncian que tanto los gobiernos federal y locales han declarado “una guerra sin fin hacia las personas jóvenes”, por lo que exigen un cambio en la política de seguridad, que en vez de ser autoritaria, represora y de control social, debe estar basada en un modelo ciudadano y garante de derechos.


 

14 de agosto de de 2015

Por: Aarón Hernández

La dignidad en nuestras manos

En el marco del día internacional de la Juventud, el 12 de Agosto, “no hay nada qué celebrar”, afirman diversos colectivos juveniles, organizaciones civiles de juventud y jóvenes defensoras y defensores de derechos humanos a través de un pronunciamiento realizado durante el Foro “Participación Política de las Juventudes: Retos y Riesgos”, convocado por el @CDHVitoria.

Durante el foro se reflexionó sobre los alcances, logros, retos y riesgos que, a partir de diversos ejercicios de participación política, experimentan las juventudes en México. Este análisis ineludiblemente identificó el contexto de violencia que se vive en el país y que se manifiesta en la gran cantidad de feminicidios, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, reclusión o confinamiento y criminalización de la protesta social, cuestiones que tienen como principales víctimas a las juventudes, en especial a aquellas que viven en pobreza y/o que participan en el activismo y en la defensa de los derechos humanos.

Al compartir sus experiencias e impresiones, las juventudes identificaron un sentir en común de indignación frente a esta ola de violencia y la serie de casos de violaciones graves y sistemáticas a sus derechos humanos, por el cual surgió la necesidad de alzar la voz con el mensaje de ¡Basta ya de represión y muerte contra las juventudes en México!

Sería absurdo asumir que los casos de Ayotzinapa, Tlatlaya y Apatzingan han quedado olvidados; por el contrario, siguen estando presentes en la memoria de la población y en especial de las juventudes mexicanas y que, desgraciadamente, aunado al contexto de la tortura y asesinato de Rubén Espinosa, Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Mile Virginia Martín y Alejandra Negrete a inicios del mes en la Ciudad de México, se configuran como hechos que “…obligan a gritar, denunciar y trabajar fuertemente en colectivo…”.

 

Ahora bien, lejos de mantenerse en una postura desesperanzadora, los colectivos y organizaciones juveniles cierran filas a través de una consigna: “por una vida digna para todas las personas jóvenes”, cuestión que no es poca cosa pues no se trata sólo de agrupaciones que se dedican al tema de juventud, sino que es una articulación de quienes defienden el territorio frente al despojo y los derechos de grupos históricamente excluidos y discriminados como las personas en movilidad humana y los pueblos indígenas, la disidencia sexo-genérica y las mujeres, entre otros; también desde posiciones políticas como el feminismo, todas teniendo como elemento en común el estar formadas en su mayoría por personas jóvenes.

Las juventudes que ahora suman sus voces hoy dicen: “se equivocan quienes nos miran desde arriba”, pues no se encuentran abatidas ni atemorizadas. El encontrarse y reconocerse como ejemplos de lucha les hace renovar y sumar ánimos y fuerzas para continuar con sus respectivas labores de exigibilidad de derechos humanos. Continuarán articulándose para hacer frente a los embates del sistema económico y político que se basa en las relaciones de explotación y enriquecimiento desmedido, en el autoritarismo y la demagogia; seguirán apostando por la transformación hacia un sistema basado en la justicia y la garantía de derechos y libertades y así poder vivir en “un país más justo y digno”.

Los colectivos y organizaciones juveniles expresan dolor y rabia ante la dinámica de muerte; denuncian que tanto los gobiernos federal y locales han declarado “una guerra sin fin hacia las personas jóvenes”, por lo que exigen un cambio en la política de seguridad, que en vez de ser autoritaria, represora y de control social, debe estar basada en un modelo ciudadano y garante de derechos.

Las palabras de este pronunciamiento también se hicieron presentes durante el acto público de promulgación de la nueva “Ley de Derechos de las Personas Jóvenes en la Ciudad de México”, donde Balance A.C. haciendo uso de la tribuna como una de las organizaciones que impulsaron dicha ley, las retoma para denunciar las violaciones graves en contra de las juventudes y exigir una verdadera política de juventud que sea integral, transversal y fundada en el enfoque de derechos humanos. Igualmente, haciendo eco de la voz de organizaciones a las que representaba en dicho acto, demandó presupuestos adecuados para salud, educación y empleo digno, que sean acordes a los derechos cobijados por esta nueva ley, y que la impartición de justicia para las personas jóvenes sea una realidad al respetarse el debido proceso.

No hay que olvidar que el proceso de construcción y publicación de esta ley (que duró más de cinco años) es un intento de garantizar que no se vuelvan a repetir hechos como los ocurridos en 2008 en la Ciudad de México, donde nueve jóvenes y tres policías murieron asfixiados en un operativo de seguridad mal realizado en la discoteca New´s Divine.

Si bien el día de hoy algunas entidades ya cuentan con una ley en materia de juventudes, no habrá cambios sustantivos en la vida de las personas jóvenes si no se transforma toda la política social y de seguridad abandonando el autoritarismo y el asistencialismo con que éstas se rigen. Es necesario apostar por nuevos modelos que tengan como eje rector el reconocimiento y respeto de la dignidad de las personas en general y en particular de las juventudes que han sido violentadas por el régimen.

Consulta el Pronunciamiento por Una Vida Digna para Todas las Personas Jóvenes aquí.

 * Aarón H. Hernández es colaborador en el Área de Investigación del Centro Vitoria.

Consultar en Animal Político.

Imagen destacada : Jorge Aguilar

 

Entradas relacionadas: