“Miguel Concha es una figura medular no sólo de la causa de los derechos humanos sino de la lucha por la democratización del país y por la dignificación de los de abajo»
En una nación en donde el movimiento social está altamente fragmentado y dividido, Miguel Concha es una personalidad de unidad y consenso; en un país en el que sus clases dirigentes están corrompidas hasta la médula, el padre Concha es una referencia ética indiscutible.
El doctor Concha presta su voz regularmente a quienes no la tienen, para que sean escuchados. Por eso, lo mismo es requerido como orador en las más importantes marchas campesinas del país, que como tribuno en conferencias y asambleas populares. Sin exagerar, puede asegurarse que él ha sido un puente central que comunica el mundo del catolicismo progresista y la izquierda atea (e incluso jacobina)”.
Fragmento del Prólogo,
Luis Hernández Navarro.
“…siempre nos referimos a Miguel Concha Malo como Doctor, profesor, Padre, fraile o simplemente como Don Miguel. Existen todas estas formas de nombrarlo porque cada una simboliza la hebra de un hilo que se entreteje a lo largo de muchas luchas; quienes hemos tenido la fortuna de conocer a Don Miguel Concha sabemos que en su día a día él siempre ha procurado construir una vida sencilla y coherente con sus ideas.
Compartimos ahora este trabajo desde nuestra indignación frente a las diversas violaciones a los derechos humanos que han manchado nuestra historia, desde la convicción de nuestra labor como personas defensoras de derechos humanos y desde la esperanza de reconocernos en la lucha, junto a un hombre que felizmente
nos recuerda que, para la humanidad, todavía estamos a tiempo de generar transformaciones profundas”.
Fragmento de la Introducción,
Clara Gabriela Meyra Segura.