La presión y las amenazas contra la comunidad de San Miguelito por la venta de sus tierras es una constante que se presenta desde el 2019, la cual ha afectado la vida cotidiana de sus habitantes.
Editoriales | Blog «La dignidad en nuestras manos» del Plumaje de Animal Político
Web original | Imagen : Lucy Nieto
25 de agosto de 2021
En estos momentos la ciudad de San Luis Potosí se enfrenta a un proceso de toma de decisión sobre la modificación de un espacio que repercutirá no sólo en el crecimiento de la mancha urbana, sino también en la vida cotidiana de todas las personas que la habitamos. El espacio en disputa se encuentra en la zona surponiente de la ciudad y abarca las comunidades de San Juan de Guadalupe y anexos, Tierra Blanca y San Miguelito, todas ubicadas en las faldas de la Sierra de San Miguelito, un área natural protegida cuya delimitación se encuentra actualmente en “consulta”.
Desde el 2019 se comenzó a hablar de la posibilidad de implementar en esta área un proyecto inmobiliario de gran tamaño llamado “Las Cañadas”, de la empresa Espacios en el Horizonte S.A. de C.V. A lo largo de los tres años que han transcurrido desde que se empezó a socializar dicho proyecto se han señalado, desde diferentes trincheras, las repercusiones negativas que traería consigo el que se lleve a cabo. Activistas, comuneros, ambientalistas, asesores legales, vecinos y vecinas de la zona, estudiantes, académicos y académicas nos hemos sumado a la protesta, pero también a la producción y difusión de información para hacer constar por qué es importante evitar que se realice este proyecto y proteger este territorio.
El espacio que se encuentra en disputa está conformado por 1,805 hectáreas que son parte de las comunidades y de la Sierra de San Miguelito. Su gran importancia recae en que en este lugar se encuentra la zona de recarga del acuífero que abastece el agua de la ciudad de San Luis Potosí, así como las áreas de escurrimiento. De ser intervenido, el acceso al agua en muchas partes de la ciudad seguiría siendo difícil o inclusive nulo, y esto se agravaría, junto con el deficiente manejo del agua en las inundaciones que tanto aquejan a la ciudad.
En términos ecológicos se pondría en riesgo la biodiversidad que forma parte del hábitat de la sierra, con especial énfasis en las especies endémicas y en peligro. Por supuesto, todo esto impactaría en el medio ambiente, que en este momento presenta problemas serios debido a proyectos pasados como lo fue el de la Minera San Xavier, que terminó por destruir al Cerro de San Pedro, que sirvió de inspiración para el escudo de la ciudad. Además de todo esto, en el tema agrario se seguiría permitiendo que se recurra a la figura de Sociedades Mercantiles Inmobiliarias para acreditar el despojo de la tierra, esto a través de un contrato de compraventa que siempre termina por no favorecer a las y los comuneros y ejidatarios que se someten a este proceso.
Por todo lo anterior, el caso de la Sierra de San Miguelito no debe de ser leído únicamente como un conflicto agrario, sino que es importante posicionar este tema como un problema de carácter público que nos compete a todas las personas que habitamos la ciudad y el país, porque sin duda su intervención impactará en nuestro día a día.
A lo largo de todo el proceso de lucha que se ha realizado para resaltar todos los puntos anteriores, al mismo tiempo se han llevado a cabo diferentes acciones que han propiciado las condiciones para que las tierras comunales puedan ser vendidas. Entre ellas, modificaciones al polígono de área natural protegida, en las que se deja por fuera el área de interés para el proyecto inmobiliario (2018). Dos consultas públicas opacas y con grandes dificultades para la participación, en las cuales se discutía sobre el futuro próximo del desarrollo urbano de la ciudad, la primera a nivel municipal, dirigida por el Instituto Municipal de Planeación (2019), la segunda a nivel federal, diseñada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2021) cuyos resultados siguen sin darse a conocer. La amenaza y el acoso por parte de las empresas inmobiliarias se dirige a las y los comuneros que están en contra de vender sus tierras, pero también contra aquellos que han tomado la decisión de vender. Se favorece la entrega de permisos a nivel municipal y estatal para que este proyecto pueda ponerse en marcha, sin que aún se haya resuelto la venta de la tierra en las asambleas comunales, ni se haya delimitado el área de protección de la sierra, que actualmente sigue en el proceso de consulta.
Ante este escenario las demandas son claras: que no se permita que se continúe con la construcción del proyecto inmobiliario “Las Cañadas”, de la empresa Espacios en el Horizonte S.A. de C.V., en las 1,805 hectáreas que se encuentran en la zona de recarga del acuífero en la Sierra de San Miguelito. Que se preste verdadera atención a los proyectos futuros que busquen implementarse en esa zona. Que dejen de existir presiones y amenazas para los comuneros que no se encuentran a favor de vender sus tierras. Que tanto el gobierno municipal, estatal y federal se comprometan y protejan el área natural de la Sierra de San Miguelito. Que la Semarat y las instituciones académicas dejen de priorizar los intereses privados y del capital, y se reconozca que el proceso de consulta del Estudio Previo Justificativo de Área Natural Protegida ha sido opaco y realizado a modo. ¡La Sierra no se vende, se cuida y se defiende!
#SierraSíFraccionamientoNo
* Adriana Zárate Escobar (@AdriannaZaratte) es integrante de la 19° generación de la Escuela para Defensoras y Defensores Jóvenes de Derechos Humanos del Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria OP” A.C., y es Maestra en Ciencias Sociales por la Flacso-México.
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre. #YoSoyAnimal