Comunicados | Adhesiones del CDHVitoria | 📷 Imagen : UNHumanRights

Ginebra 📅 30 de abril de 2020

Apreciadas Presidenta del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y Señora Alta Comisionada,

En el marco de la crisis generada por el COVID 19 y las medidas para contenerlo, las organizaciones del grupo ONG-LAC y otras organizaciones que colaboramos con la misma agradecemos a la Alta Comisionada y al Consejo de Derechos Humanos por hacer todos los esfuerzos por asegurar el funcionamiento del Sistema de Derechos Humanos, incluyendo mediante mecanismos virtuales. Entendemos que el Consejo de Derechos Humanos y la Oficina de la Alta Comisionada estén explorando esta vía para continuar con su importante trabajo a pesar de las limitaciones existentes.

Consideramos que uno de los potenciales beneficios de estos mecanismos sería una participación más amplia de sociedad civil desde distintos países que también son usuarios del Sistema. Sin embargo, desde nuestra experiencia como organizaciones trabajando en América Latina y el Caribe, quisiéramos señalar aspectos que ameritan cuidadosa consideración al respecto de los riesgos que conlleva la virtualización de los espacios internacionales de gobernanza. Compartimos recomendaciones concretas para garantizar que el CDH y la OACDH sigan operando en reuniones virtuales de acuerdo a su mandato, en particular garantizando la participación efectiva de la sociedad civil, y facilitando la participación de los sectores más afectados por las violaciones de derechos humanos en estos contextos y de las organizaciones que los apoyan. En el marco de esta discusión, reconocemos los insumos existentes por parte de organizaciones de sociedad civil, en particular dentro de la ‘encuesta sobre participación de sociedad civil en tiempos de COVID-19’ recopilada por ISHR y compartida con la presidencia del CDH.

En muchas comunidades y regiones del mundo, incluyendo en América Latina y el Caribe, las personas no tienen acceso a Internet o tienen que desplazarse fuera de sus hogares para obtener dicho acceso, algo que no es posible en la situación actual de confinamiento. Igualmente, en muchos lugares la conexión no es estable o suficiente, por lo que puede permitir enviar o recibir emails, pero no hacer un seguimiento por tiempo prolongado de una reunión. Esto no solo limita la participación en la propia reunión, sino también la preparación previa entre las organizaciones con estatus ECOSOC y las organizaciones de base que éstas apoyan y para las cuales sirven como canal de comunicación. La accesibilidad de espacios y discusiones virtuales también puede verse obstaculizada por razones lingüísticas y de huso horario.

Por otra parte, muchas organizaciones de sociedad civil operan en regiones o contextos opresivos, bajo la mirada vigilante de los Estados y otros agentes. Estas condiciones conllevan riesgos digitales importantes que pueden comprometer la seguridad de la información, de la comunicación, y por consecuente, de los miembros y organizaciones de sociedad civil involucrados. La ausencia  e un pleno acceso a Internet amplifica exponencialmente esta vulnerabilidad.

Será muy importante que se aclare cuáles son las normas de procedimiento del CDH y de la OACDH que regirán para  deliberaciones virtuales, incluyendo el estatus de las decisiones y acuerdos que se tomen en estas sesiones. Entre otros aspectos  también se deberían adoptar las siguientes medidas:

Fijación de plazos con suficiente antelación para la convocatoria de la
reunión: Muchas personas no cuentan con los medios o el tiempo para un
acceso diario a Internet por lo que las convocatorias de reuniones deben
realizarse con suficiente antelación, tras consultar con grupos de sociedad civil,
y contar en ese momento con la documentación necesaria de antecedentes.
Elección de la hora para las reuniones: Las personas estarán en distintas zonas
horarias, por lo que será importante convocar las reuniones en horas que
aseguren una participación representativa, garantizando la participación
efectiva de sociedad civil de diferentes regiones del mundo.
Claridad y transparencia en el establecimiento previo de las normas que van a
regir la reunión, dentro de un plazo razonable: cómo se registran las personas
para participar; cuál es la política de protección de datos y privacidad que la
plataforma digital usada aplica; cómo se deben identificar las personas en la
plataforma digital; cómo se solicita el uso de la palabra y cómo se determina el
orden del uso de la palabra; cual es el tiempo de palabra de cada interviniente,
si se harán en paralelo comentarios o preguntas en el chat, y si estas
contribuciones serán documentadas como parte de las deliberaciones; si se
puede hacer uso de presentaciones o de video clips. De igual forma, señalar
con suficiente antelación los requerimientos técnicos necesarios para poder
participar en ella.
• Traducción en español de documentación previa: La comunicación on-line ya
dificulta la comprensión de los mensajes, por lo que creemos que es
fundamental que los documentos de antecedentes o borradores sobre los que
se vaya a discutir estén traducidos con la suficiente antelación para ser
enviados junto a la convocatoria, lo antes posible.
• Garantía de sesiones con interpretación simultánea: Explicar detalladamente
en la convocatoria las instrucciones para acceder a ella en los distintos idiomas.
En algunos casos y para algunos eventos se debería ponderar si hace más
sentido organizar reuniones regionales. Esto para América Latina y el Caribe
implicaría que la reunión fuera en español y habría más facilidad para lograr
una hora pertinente.
Garantía de un mínimo de intervenciones para los distintos grupos de
sociedad civil con un tiempo de palabra suficiente, garantizando así la inclusión
de sus voces y sus mensajes en la reunión y la pluralidad de visiones. La
reducción de las intervenciones de sociedad civil a algunas organizaciones que
por lo general tienen una relación fuerte y consolidada con el Sistema, puede
dejar excluidas voces divergentes, cuyas opiniones son importantes para
asegurar el proceso democrático.
• Contribuciones escritas: Por la limitación del tiempo de las sesiones,
especialmente de aquellas de carácter informal, para las cuales no existe un
sistema formal de contribuciones, es importante que las y los participantes
puedan enviar de forma escrita sus aportaciones al tema, sin limitar sus aportes
a lo compartido en el tiempo de duración de la sesión on-line. Estas
contribuciones escritas deberán estar tomadas en cuenta durante las
discusiones.
• Personas defensoras de derechos humanos: Es fundamental que se garanticen
mecanismos seguros de participación para las personas defensoras de
derechos humanos que no pongan en peligro su seguridad física o digital o las
expongan a intimidación o represalias por parte agentes estatales y no
estatales. Esto incluye: medidas que permitan darle un seguimiento rápido a
casos de represalias; compromisos públicos por parte de Estados de no
cometer represalias o impedir conexiones a reuniones virtuales; posibilidades
de participación que mitiguen riesgos relativos a la identificación de
participantes y al uso de videocámara.
• Facilitación de acceso a Internet: Con el fin de no excluir los grupos más
afectados por la brecha digital, es fundamental considerar medidas por parte
del CDH y OACDH que permitan asegurar un acceso adecuado a Internet. Estas
pueden incluir: uso de tecnologías sin o de bajo costo, bajo consumo de datos,
seguras, y compatibles con el uso de celulares; uso de oficinas regionales y de
país como espacios de participación segura; apoyo técnico y financiero
necesario a grupos de sociedad civil; y cooperación con el sector privado para
proveer, sin costo y de manera segura, tecnologías esenciales y servicios de
videoconferencia de bajo consumo.
• Protección de datos y privacidad: Es esencial que se implementen y
comuniquen de manera transparente las garantías existentes para asegurar el
derecho a la privacidad y la protección de los datos de participantes,
cumpliendo con estándares estrictos de derechos humanos.

Para terminar, queremos resaltar que consideramos que las reuniones virtuales no pueden reemplazar indefinidamente las reuniones presenciales y por tanto reiteramos la necesidad de que únicamente acomodar las reuniones a la modalidad digital no deje de ser una modalidad de excepción. Reconocemos la importancia de consolidar beneficios aportados por esta modalidad en el futuro, en particular la participación remota directa por videoconferencias. No obstante, es fundamental que en el proceso de optimización del Consejo de Derechos Humanos no se descarten las reuniones presenciales, y que las medidas consideradas actualmente con base en una experiencia que se ha derivado de circunstancias excepcionales no establezcan un precedente que ponga en riesgo la participación efectiva, diversa y segura de la sociedad civil.

Las organizaciones miembros del Grupo ONG-LAC y otras que colaboramos con la misma, agradecemos su atención a la presente y quedamos a su disposición para responder cualquier duda al respecto o entender mejor cualquiera de las decisiones que se implementen.


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