Sábado 27 de julio de 2019
Miguel Concha
Con fundamento en las atribuciones que le otorgan la Constitución federal y estatal, así como las leyes locales y los ordenamientos municipales, y teniendo en cuenta los tratados, convenios y disposiciones legales internacionales, nacionales, estatales y municipales aplicables en la materia, el 19 de marzo se aprobó en la capital poblana el dictamen que permite emitir la declaratoria para La Protección De Los Maíces Nativos de ese ayuntamiento, uno de los documentos de mayor relevancia en la nueva administración municipal.
Con ello adquiere una vez más protagonismo a escala local el interés de establecer instrumentos e implementar acciones encaminadas a proteger las razas de maíz nativo, ahora en el territorio agrícola del municipio de Puebla, con el firme propósito de preservar esta especie y sus variedades locales, garantizando su conservación y utilización sostenible e inhibiendo la siembra y cultivo de semillas genéticamente modificadas.
Tal acontecimiento, que se aprobó por unanimidad de las diversas bancadas de los partidos políticos que integran ese cuerpo colegiado, tuvo lugar en sesión de cabildo. Esa disposición convergente demuestra que el ayuntamiento de Puebla está decidido a poner todo su empeño en prohibir el mal uso del suelo y evitar el problema de consumir organismos genéticamente modificados, salvaguardándose con ello la seguridad alimentaria. Lo que ha sido bien recibido por los críticos del gobierno de la presidenta municipal, Claudia Rivera Vivanco.
Pareciera entonces que la ciudadanía municipal poblana cuenta con el respaldo de sus autoridades para rescatar la producción y consumo de productos-milpa cosechados de manera saludable. Con ello, la comuna deja en claro que se halla a la altura en el cumplimiento de las normas nacionales e internacionales para que los pequeños productores puedan continuar conservando la diversidad genética, social, cultural y ambiental como parte de su patrimonio.
Además, diversas dependencias municipales, como la Secretaría de Desarrollo Urbano y Sustentabilidad, la Secretaría de Turismo, la Coordinación General de Comunicación Social y la Secretaría de Desarrollo Social municipales, con las que se pretende asegurar el mejor manejo de la milpa en todo su territorio, tendrán un papel primordial en la política antitransgénica.
La primera, por ejemplo, promoverá el uso de semillas nativas para conservar la biodiversidad en el municipio y fomentará la creación de un padrón de productores encargado de conservar y mejorar los recursos genéticos del maíz. Llevará a cabo acciones de muestreo con la finalidad de establecer un área geográfica libre de maíz genéticamente modificado e impulsará la mejora del suelo con vocación agrícola encaminada a la siembra de semillas nativas. Igualmente, estimulará con incentivos la producción de maíz entre quienes realicen las mejores producciones, ferias, intercambios y promociones de actividades productivas.
La segunda, la Secretaría de Turismo, promoverá el patrimonio cultural del maíz, mediante la creación de rutas gastronómicas y agroecoturísticas relacionadas con la milpa, y asesorará proyectos turísticos que incluyan el maíz nativo, con el propósito de valorizar las tradiciones y el patrimonio tangible e intangible del municipio de Puebla. Finalmente fortalecerá la colaboración con organizaciones de la sociedad civil e instituciones públicas y privadas para promover el patrimonio biocultural, priorizándose el uso del maíz nativo e impulsando la gastronomía poblana como elemento de identidad.
La tercera, la Coordinación General de Comunicación Social, propiciará el desarrollo de planes y programas de inclusión de enfoques de igualdad sustantiva de género en grupos indígenas y fomentará la incorporación del lenguaje incluyente y no sexista, el lenguaje de señas mexicano, así como la traducción a lenguas indígenas en los mensajes de comunicación gubernamental.
Finalmente, la cuarta, la Secretaría de Desarrollo Social, tendrá que impulsar el desarrollo de las capacidades de la población indígena, al promover su inclusión, la equidad social y la igualdad de género, con apego a su cultura y costumbres, su identidad y los derechos humanos, así como realizar acciones que mejoren las condiciones de vida de la población indígena y fortalezcan su identidad, con inclusión e igualdad entre géneros y generaciones.
Los poblanos proyectan con todo ello la mejora en la productividad y competitividad, así como el mejoramiento en ingresos y en su calidad de vida, salvaguardándose siempre los derechos y la inclusión de la población indígena.
Ahora se espera que el recientemente electo gobierno estatal ponga su granito de arena para que la política de la capital poblana permee en todo la entidad. Eso esperamos.
Consultar artículo en La Jornada.
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