Editoriales | 馃摪 Columna semanal de Fr. Miguel Concha en La Jornada
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Por: Miguel Concha
S谩bado 馃搮
08 de agosto de 2020
Seg煤n cifras de la Universidad JohnsHopkins, hasta hoy m谩s de 18 millones de personas est谩n contagiadas de Covid-19 en el mundo, y poco m谩s de 700 mil han muerto. Recientemente M茅xico ocup贸 el tercer lugar de fallecidos a escala mundial a causa del virus, s贸lo detr谩s de Brasil y Estados Unidos. Ante este panorama se hace m谩s importante la carrera cient铆fica por desarrollar una vacuna que prevenga y trate el contagio del Covid-19.
Sin obviar que Rusia anunci贸 que ya tiene una vacuna, los resultados son prometedores. Hasta el momento 10 proyectos en etapa cl铆nica presentan avances notables, y por lo menos tres de ellos se encuentran en fase tres, lo cual significa que pronto se aplicar谩n en miles de personas, antes de que pueda determinarse la seguridad y efectividad de una de ellas. Y as铆, luego de que se superen todas las pruebas, se iniciar谩 un proceso de aprobaci贸n por parte de autoridades internacionales, como la Organizaci贸n Mundial de la Salud (OMS), y reguladoras a escala nacional, como el Consejo de Salubridad General en M茅xico, y con ello su producci贸n y distribuci贸n a gran escala.
Sin embargo, la complejidad de esta carrera no s贸lo implica ir a contrarreloj para desarrollar una vacuna contra el Covid-19, sino tambi茅n una serie de dilemas que han de ser problematizados y resueltos desde la bio茅tica y los derechos humanos. De esta manera surge una pregunta crucial, 驴qui茅nes tendr谩n acceso a la vacuna, especialmente en una coyuntura de crisis multifactorial y recursos escasos? Por tanto, es fundamental definir grupos prioritarios para la vacunaci贸n contra el Covid-19, cuya delimitaci贸n habr谩 de justificarse mediante criterios razonables, proporcionales, objetivos y transparentes y, a su vez, considerando el respeto, protecci贸n, promoci贸n y garant铆a de tres derechos en juego: a la vida, a la salud y a beneficiarse del progreso cient铆fico y sus aplicaciones.
De acuerdo con la resoluci贸n 4/2020, titulada聽Derechos humanos de las personas con Covid-19
, adoptada por la Comisi贸n Interamericana de Derechos Humanos el pasado 27 de julio (https://cutt.ly/ndIaJcr), en el contexto de la pandemia los estados deben velar por la accesibilidad y asequibilidad de las aplicaciones tecnol贸gico-cient铆ficas que sean fundamentales para garantizar los derechos a la vida y a la salud.
La misma resoluci贸n considera que el derecho a beneficiarse del progreso cient铆fico y sus aplicaciones en el campo de la salud, exige que los estados adopten, de forma participativa y clara, medidas dirigidas al acceso a las vacunas. As铆, en medio de un escenario donde 茅stas no podr谩n aplicarse en una primera fase a todas las personas, parece conveniente que la medicaci贸n se distribuya a los siguientes grupos de atenci贸n prioritaria: personal de salud de primera l铆nea; enfermos de Covid-19; adultos mayores; personas con predisposiciones o comorbilidades y aquellas que est茅n expuestas a un contacto humano significativo.
Ahora bien, si hist贸ricamente se encuentran en alguna situaci贸n de vulnerabilidad, como es el caso de las personas en situaci贸n de calle o en pobreza, resulta a煤n m谩s indispensable defender y proteger los derechos en juego de estos grupos. Todo lo anterior plantea numerosos desaf铆os, los cuales deben ser considerados desde ahora. En funci贸n de esto, a principios de julio la OMS y la Organizaci贸n Panamericana de la Salud anticiparon una serie de retos para los estados, entre los que destacan aspectos t茅cnicos y log铆sticos, como el desarrollo de vacunas con nuevas tecnolog铆as; el n煤mero de dosis a administrar, para lograr una protecci贸n adecuada; su seguridad y efectividad, y la preparaci贸n de la infraestructura y componentes claves para su distribuci贸n (https://cutt.ly/kda9NO5).
Pueden, asimismo, presentarse otros desaf铆os, como la formulaci贸n de leyes y gu铆as para evitar el acaparamiento de vacunas por parte de algunos pa铆ses, tal y como sucedi贸 durante la pandemia de gripe A/H1N1, en 2009, y con ello eliminar discrecionalidades y arbitrariedades por parte de autoridades y particulares que puedan violar derechos humanos durante su proceso de producci贸n y distribuci贸n. Retomando unas palabras de la doctora Mar铆a de Jes煤s Medina Arellano, se necesitar谩 una fuerte coordinaci贸n, solidaridad y cooperaci贸n internacional entre diversos actores para el desarrollo, producci贸n y distribuci贸n de la vacuna contra el Covid-19. Entre ellos, desarrolladores, reguladores, encargados de la formulaci贸n de pol铆ticas p煤blicas, inversionistas, organismos de salud p煤blica, gobiernos y sociedad civil.
Saludamos los esfuerzos de quienes est谩n involucrados en el desarrollo de la vacuna para prevenir y tratar el Covid-19. Los llamamos a adoptar una perspectiva de derechos humanos para distribuirla de manera justa y equitativa, y de esta forma garantizar su acceso en condiciones de igualdad y no discriminaci贸n.