50 sesión del Consejo de DH de la ONU | Intervención oral sobre el impacto de Covid-19 en las juventudes

Agradecemos a la Alta Comisionada su actualización oral sobre las respuestas de los Estados frente a las pandemias. Los Estados son responsables de atender los impactos en la pandemia que han sido diferenciados en la población.  Las juventudes no fueron consideradas como población de riesgo o prioritaria, sin embargo han enfrentado barreras para ejercer sus derechos humanos. El acceso a la educación ha sido una de las principales problemáticas. El 65% de los jóvenes considera que este derecho se ha visto afectado desde el comienzo de la pandemia.  Si bien se dieron clases en línea no hubo opciones viables para las personas que no contaban con aparatos electrónicos o internet, y como resultado aumentó la suspensión y el abandono de estudios.  De acuerdo con la OACNUDH antes de la COVID-19 aproximadamente uno de cada cinco jóvenes del mundo carecía de empleo. Esto refleja una ausencia estatal que priorice y promueva los derechos laborales de las juventudes. Durante la pandemia, se exacerbó la precarización laboral, por ejemplo con la disminución de salarios, lo que tiene impacto en el acceso a otros derechos.  Exhortamos a que los gobiernos implementen acciones integrales y tomen en cuenta las voces de las juventudes  para contrarrestar las consecuencias por la COVID-19. 

Mes de las juventudes

Con el objetivo de poder analizar y visibilizar lo que ha ocurrido, desde el Centro de Derechos Humanos “Fr. Francisco de Vitoria O.P.”, A.C. (CDH Vitoria), presentamos el informe «Impactos de la COVID-19 en juventudes en México» que analiza desde una perspectiva de juventudes dicha situación.

47 Sesión del Consejo de Derechos Humanos | Diálogo Interactivo con el Relator Especial sobre el derecho a la libertad de reunión pacífica y de asociación

En México, el ejercicio del derecho a la libertad de reunión pacífica y de asociación está siendo cada vez más violado, particularmente para las organizaciones de la sociedad civil, personas defensoras de derechos humanos y luchas sociales en todo el país. Este Consejo debe exigir a México que garantice que toda violación y abuso de los derechos de libertad de reunión pacífica y asociación sea investigada con el debido proceso y que se aseguren las condiciones necesarias para que las personas se manifiesten sin ser criminalizadas o privadas de su libertad. Video participación durante el Diálogo Interactivo con el Relator Especial sobre el derecho a la libertad de reunión pacífica y de asociación presentada por Dominicans for Justice and peace, el Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero y el CDH Vitoria.

Encuentro Nacional de Usuarios : Los DH como herramientas de lucha y emancipación | Participación de Miguel Concha

Participación durante el Encuentro Nacional de Usuarios convocado principalmente por la ANUEE en las instalaciones del SME Agradezco mucho la invitación que nos han hecho, a mí y al Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, O.P., A.C., a este Encuentro Nacional de Usuarios, con el que se busca construir un movimiento nacional que genere un plan de acción conjunto entre todas y todos los presentes, en medio de esta coyuntura tan particular. Saludo con afecto a Martín Esparza Flores, Secretario General del SME; a Enrique Enríquez, Secretario General de la Sección 9 de la CNTE; a Jorge Herrera Ireta, Vicepresidente de la Confederación de Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores; y a la Dra. Elena Burns, de Agua para Todos; a Juan Carlos Escalante, Coordinador Nacional de la ANUEE, y a todas y todos los miembros del presídium. Deseo comenzar esta participación saludando especialmente la lucha que la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica (ANUEE) ha emprendido desde hace casi 10 años. Ustedes nos han enseñado muchas cosas durante todo este tiempo, entre las cuales se destaca una lección muy importante: el profundo potencial emancipatorio y liberador de las luchas populares que realizan los movimientos sociales de base; aquellos que vienen desde abajo y dejan de ser espectadores, para convertirse en actores y protagonistas de la historia. Una vez más quiero reconocer públicamente que el pueblo de México ha contraído una deuda con movimientos sociales como la ANUEE o Agua Para Todos, Agua Para la Vida, porque sus luchas de resistencia y rebeldía son un rayo de esperanza (Pleyers, 2017: 6), ya que no sólo buscan bienes particulares, sino sobre todo bienes comunes que beneficien a muchas más personas; por ejemplo, una tarifa social justa en lo que respecta al suministro de la energía eléctrica, y el acceso equitativo y sustentable al agua. Considero importante señalar que los movimientos sociales, con características como los de ustedes, desafían frontalmente el “orden” establecido por el capitalismo en su fase neoliberal, el cual, por ejemplo, acentúa las desigualdades y permite que autoridades y empresas violen los derechos humanos de personas y grupos que sólo desean construir un mundo más justo y digno, menos desigual y más democrático (REDESCA, 2019). De una u otra forma los movimientos sociales, a través de sus luchas, intentan responder a una eterna pregunta: “¿cómo cambiar el mundo?” (Pleyers, 2018: 16), especialmente en un contexto de violencia sistémica y sistemática que, aunado a otros de los grandes problemas estructurales, como la inseguridad, ha desencadenado una crisis humanitaria y de derechos humanos sin igual en un “México en llamas”; es decir, en un México feminicida, donde mueren 10 mujeres al día; y donde 10 de cada 100 pesos se pierden debido a la corrupción y la impunidad. En el que existen más de 60 mil personas desaparecidas y casi 300 mil asesinadas. Donde siete de cada diez niñas y niños que nacen en situación de pobreza vivirán así el resto de su vida, por citar sólo algunas referencias. Asimismo, en la última década los movimientos sociales en México se han enfrentado constantemente a la apatía, a la indiferencia, a las descalificaciones, al rechazo, a los prejuicios y a la discriminación de diversos sectores; entre ellos la extrema derecha, movimientos neofascistas y autoridades que, entre otras cosas, les colocan etiquetas como “revoltosos”, “flojos”, “problemáticos”, “chairos”, “conservadores”. También han luchado contra las injusticias, la represión, el autoritarismo y el conservadurismo diseminado, en gran medida, por las redes de complicidad entre el Estado, las empresas y el crimen organizado. Así pues, frente a esta crisis humanitaria y de derechos humanos que desgarra al país, y de cara al orden hegemónico y patriarcal que ha sido implantado mediante el capitalismo en su fase neoliberal, los movimientos sociales representan una chispa de esperanza a partir de la cual es posible imaginar otros mundos posibles. Por tal motivo quiero proponerles una herramienta efectiva para lograr semejante propósito: los derechos humanos, los cuales ya son viejos conocidos de todas y todos ustedes, porque históricamente muchos de ellos  se nos revelan y los ejercemos y gozamos gracias a las luchas de los movimientos sociales. De este modo, cabe preguntarnos qué son los derechos humanos. Hay quienes dicen que éstos son prerrogativas, facultades que tenemos todas las personas para hacer o no hacer algo; o bien, condiciones de vida indispensables para potenciar de manera integral al ser humano. Todo esto es cierto. Ello no obstante, verlos como una gran caja de herramientas de exigibilidad y justiciabilidad nos abre un gran horizonte, porque así podemos comprenderlos y usarlos también como medios de emancipación para luchar y construir mundos más dignos, democráticos y equitativos, con paz, justicia y dignidad para todas las personas que habitan o transitan por el país. Por lo tanto, hay que desempacar los derechos humanos de sus cajas para ponerlos en acción (Serrano y Vázquez, 2013), pero no desde perspectivas capitalistas, patriarcales y coloniales, sino a partir de comprensiones y usos críticos, alternativos y contrahegemónicos, porque entendidos y empleados de esta manera tendrán un papel transformador y una gran capacidad catalizadora para propiciar las condiciones mínimas de emancipación y reivindicación, debido a que los derechos humanos también son una fuente de energía radical para las luchas de los movimientos sociales. Tracemos para ello una ruta de acción de por lo menos tres pasos. Primero, es indispensable que antes que cualquier otra cosa identifiquemos las obligaciones generales de todas las autoridades en sus diferentes niveles de competencia con respecto a los derechos humanos: respetar, proteger, garantizar y promover. Esta tarea la hicimos semanas atrás junto a la ANUEE en una mesa de negociación en la Secretaría de Gobernación ante funcionarias y funcionarios de distintas dependencias federales, a quienes les recordamos algo que se supone deberían saber. De igual modo, es necesario conocer los principios que permiten utilizar los derechos humanos con fines prácticos (Serrano y Vázquez, 2013); uno de ellos, la progresividad, que implica un avance paulatino de las condiciones mínimas para el ejercicio

CONVOCATORIA : Escuela para Personas Jóvenes Defensoras de DH 2020

La Escuela para Personas Jóvenes Defensoras de Derechos Humanos (EPJDDH), llamada con cariño “Escuelita”es un proceso que acompaña y forma parte del proyecto político educativo del CDHVitoria. En el contexto político, económico y social del país, «La Escuelita» busca contribuir, desde y con diversas juventudes, a la construcción y fortalecimiento de procesos de exigibilidad y justiciabilidad de los derechos humanos, al igual que a la construcción de paz. La apuesta es por la creación de espacios con un sentido crítico, que surjan a partir de compartir experiencias, sentires, saberes y reflexiones tanto de las juventudes participantes, como de sus comunidades. Espacios que posibiliten, a su vez, ecos y articulaciones con otros lugares, territorios e identidades que tengan como horizonte común actuar hacia la realización y dignificación de un mundo más justo, que respete la autonomía y pluralidad de las colectividades. «La Escuelita» es un espacio dirigido a las juventudes con duración de ocho meses que tiene como objetivo facilitar herramientas teóricas y prácticas encaminadas a construir saberes, actitudes, habilidades y experiencias con respecto a los derechos humanos, desde una aproximación crítica y transformadora.

Clausura de la 17a generación de La Escuelita (Escuela para Personas Jóvenes Defensoras de DH)

[siteorigin_widget class=»SiteOrigin_Widget_Image_Widget»][/siteorigin_widget] [siteorigin_widget class=»SiteOrigin_Widget_Headline_Widget»][/siteorigin_widget] Desde el año 2003, en el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria O.P. A.C. hemos apostado por construir un espacio de formación, en ese entonces de jóvenes promotoras y promotores de Derechos Humanos. Con los años y el cambio del contexto nacional toma el nombre de «Escuela para Personas Jóvenes Defensoras de Derechos Humanos». «La Escuelita», como de forma cariñosa se le nombra, es un espacio colectivo generado por las juventudes, donde se intercambian saberes y se entretejen experiencias y esfuerzos para defender la dignidad de las personas y los pueblos. La Escuela es un espacio en donde nos indignamos y nos organizamos frente a una realidad de abrumadoras violaciones a los derechos humanos y constante deshumanización. El cierre de la 17 generación se llevará a cabo el día 26 de octubre, invitamos a todas y todos a a acompañar a las y los integrantes de esta generación este día. Entrada libre. Sábado 26 de octubre SALA 22 DEL CUC (Centro Universitario Cultural): Odontología 35 Col. Copilco-Universidad, Alcaldía de Coyoacán, Ciudad de México. [siteorigin_widget class=»SiteOrigin_Widget_GoogleMap_Widget»][/siteorigin_widget]